Por Gabriel Mercado
"María", como la denominaré para no revelar su verdadero nombre, estaba embarazada. Dejó de estudiar y su esposo es chofer de camión de volteo. Sus padres trabajan largas jornadas cada uno para sostener a la familia de cuatro hijos.
Al no tener IMSS, su papá la afilió en el Seguro Popular para poder ser atendida. Estuvo acudiendo a las citas en el Hospital Civil y se le dijo requeriría cesárea, la cual sí era cubierta por el programa federal, sin embargo hubo una advertencia: si había complicaciones el resto de los gastos corrían a cuenta de ellos.
No había de otra, así que continuó los nueve meses con la atención hasta el día programado para el parto. Pero surgi+o un imprevisto. En parte por el adelanto del embarazo y la ineficacia de los médicos.
Ya soltaba líquido amniótico y le aseguraba a los doctores tener rota la fuente, pero sencillamente no la canalizaban por otros urgencias. "Fui casi la última en pasar, sólo por otra señora que estaba después de m", señaló "María".
El bebé tragó parte de líquido y nació con dificultades para respirar. Se quedó hospitalizado y bajo observación durante varios días.
Después rechazó la leche materna, y fue necesario aguardar un tiempo más. Transcurrieron casi dos semanas. Afortunadamente se estabilizó y pudo ser entregado a los brazos de la mamá... con un costo de 15 mil pesos.
Tuvieron que dar vueltas, pedir apoyo a conocidos y solicitar un estudio socieconómico para la reducción del pago. Al final lograron bajar la cuenta a "sólo" cuatro mil pesos.
"Fue un alivio", relata 'María'. "Cuando íbamos a preguntar cuánto saldría a una mujer le acaban de decir que pagaría 50 mil pesos, ya pensábamos que sería más o menos igual".
"Otra que iba ahí -agrega-, le tenían que dar fórmula especial al bebé que preparan ahí, y pagaba 800 pesos diarios."
El Seguro Popular es uno de los afamados programas, valga la redundancia, "populistas" del gobierno federal. Brindar servicios de salud pública a la gente que no lo tiene por un módico pago mensual.
En estos tiempos de crisis, las masas de desempleados no sólo perdieron su trabajo, sino también la prestación del Seguro Social. A esto se suman las empresas negligentes a la afiliación al IMSS y las personas prestadoras de servicios que no pueden afiliarse. Por ello una mayor necesidad y 'éxito' del programa.
En México hay un total de 48 millones 474 mil beneficiados con el Seguro Popular. En particular en el programa Embarazo Saludable se han afiliado un millón 646 mil mujeres durante los últimos cuatro años, y en promedio ha ofrecido 4.8 consultas prenatales y al 92 por ciento atención profesional del parto.
La mayoría de estas féminas no tienen los recursos para atenderse en un hospital privado y por ello recurren al apoyo. El problema son las complicaciones, ignoradas por el programa. No puede ser que una persona de escasos recursos económicos de repente deba enfrentarse a pagos de varios miles de pesos, los cuales obviamente no tiene.
En Sinaloa en total son un millón 030 mil afiliados. ¿Cuántos de ellos serán mujeres sorprendidas por estos problemas? El gobierno federal debe analizar extender la atención. El beneficio es bueno, pero no pueden olvidar toda la responsabilidad, y dejar extensas cuentas en manos de ciudadanos, incapaces de solventarlas.
*Imagen de: jscreationzs.
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